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SMETANA, Trío para piano en sol menor

In Más Vivaldi y menos paracetamol on marzo 2, 2010 at 7:48 pm

TRIO PARA PIANO EN SOL MENOR OP.15 (1855 Rev. 1857)

Bedrich Smetana.

http://www.youtube.com/watch?v=Ha9JiHLFC-I

Susanna Yoko Henkel (violin), Monika Leskovar (cello) and Milana Chernyavska (piano) interpretan el tercer movimiento del Trío para piano en sol menor en el Festival Internacional de Música de Cámara Zagreb de 2007.

Todo el Trío para piano en sol menor es excepcional, pero me atrae especialmente este tercer y último movimiento; un presto que contiene algunos de los momentos más tristes que se han escrito para la música. Alterna agitación y desasosiego con un sentido del ritmo y la melodía excepcionales y se ha convertido en una de las piezas más reconocidas de Smetana. La historia de este trío es la del dolor y la tristeza ante una pérdida irreparable: Smetana lo escribió después de morir su hija mayor, Bedriska, cuando tenía cuatro años. No fue la única muerte que conmocionó a Smetana: en dos años su mundo personal se desmoronó; primero falleció en 1854 su segunda hija, Gabriela, luego en 1855, Bedriska, la mayor; posteriormente, en el mismo año, nació otra hija, Katerina, que falleció a los pocos meses y, también en ese mismo año, le diagnosticaron tuberculosis a sus esposa, Katerina, enfermedad de la que falleció un tiempo después. La muerte rodeaba a Smetana y, en medio de este caos personal, compuso el Trío para piano en sol menor. Lo hizo en 1855 y lo revisó en 1857 y es una de sus obras más conocidas.

Es un ejemplo de cómo la actividad creadora sublima y convierte el dolor en algo diferente. Expresar lo que sentimos, convertir nuestros sentimientos en algo reconocible, tangible, hermoso, es un gran alivio para el que lo consigue y el esfuerzo merece la pena. Más allá de la idea romántica del artista como intermediario transmisor entre el mundo de los dioses y el de los hombres, la sensación de poder hacer algo que alivie nuestro dolor es un alivio en sí misma. Creo, además que puede servir no solo de ejemplo para los que sienten la impotencia del dolor producido por una muerte, sino como alivio al escucharlo. Cuando sabemos que otros han sufrido lo mismo que nosotros, como es el caso de Smetana, nuestro dolor parece fundirse con el suyo y diluirse en la comprensión de que no estamos solos, que hay alguien más como nosotros y que los demás pueden tener los mismos sentimientos. Esto hace que nos sintamos acompañados, incluso a través del tiempo, porque la música tiene esa capacidad innegable de promover sentimientos que, en el caso de este trío para piano en sol menor, sugerirán a cada cual emociones diferentes, quizá alejadas a las que quiso expresar el autor pero, en todo caso, estoy seguro que, una vez conocidas las circunstancias de su composición, nos harán sentirnos más cerca de la persona que compuso, en tan dramática ocasión, una obra como esta y percibir la proximidad del compositor, no ya como autor, sino como persona, y esto es algo que nos puede confortar y ayudar, puesto que la comprensión de los sentimientos de otros, en lo que tiene de solidaridad nos hace más humanos y nos concede una mayor libertad, la que el conocimiento de las emociones de otros otorga a nuestro comportamiento.

La vida de Smetana, desde el punto de vista humano, es impresionante: el sufrimiento está ligado a ella de una forma que parece cruel, pero casi siempre consigue burlar la desesperación y seguir trabajando. La desgracia se ceba con el compositor, que conoce períodos tranquilos, pero que ve su vida atrozmente desgarrada en la madurez. Como a Beethoven, le ataca la sordera y debe dejar algunas de sus tareas profesionales, sin embargo, también como Beethoven, continúa componiendo y es en esta oscura época de sordera cuando compone algunas de sus mejores obras, como son Ma Vlast (Mi patria) y los dos impresionantes cuartetos de mi cuerda que tituló De mi vida, con la clara intención de mostrar en ellos las sensaciones que le producía la contemplación de su existencia. Finalmente, en 1882, una terrible crisis nerviosa se apoderó de él, enloqueció y fue internado en un manicomio, donde murió.