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Archive for the ‘El Mono Melódico’ Category

Largo al factotum

In El Mono Melódico on junio 16, 2011 at 9:54 pm

O de las diferentes maneras de entrar a un parlamento.
Una de las arias más importantes de Las Bodas de Fígaro, Largo al factotum de la città, significa más o menos: Abran paso al hombre más importante de la ciudad. Y eso es lo que parece que andan diciendo nuestros políticos a todo el mundo: que abran paso, que pasan ellos.
Esta semana nos han sorprendido a todos con sus reacciones por una manifestación ante la sede del Parlamento catalán que, por mucho que se diga, no ha sido violenta, pero sí impeditiva, tomando la más asombrosa de las decisiones: al no poder entrar a pie ni en coche, han decidido entrar en helicóptero, convirtiéndose así en los primeros parlamentarios aerotransportados del mundo. La decisión ha sido tan esperpéntica que ha salido en el Taiwan Post, en el China Post, y en todos los Post del universo. Y es que hay muchas maneras de entrar en un parlamento: a pie (lo que es un normalismo indeseable), sobre un caballo de enormes genitales, como Espartero, para aprobar los presupuestos por bemoles (esparterismo testicular presupuestario), en carroza (síndrome de lady Di) o en tanque (contundentismo participativo). Las mejores son las que pasan desapercibidas, las más exóticas, como entrar disfrazado de faquir (faquirismo parlamentario)o reptar por las alcantarillas hasta aparecer bajo el asiento del presidente (pocerismo representativo) fueron descartadas por lesionar la imagen pública de estos políticos entradistas (que tienen que entrar como sea). Pero los representantes legales de la minoría mayoritaria de los catalanes, amparados en su derecho a representar, piensan seguir haciéndose los sordos ante las peticiones de participación democrática de los ciudadanos (noescuchonaditis absurda en tercer grado). Alegan que no saben lo que quieren, que es imposible, que no tienen líderes representativos, que no representan a nadie, que llevan rastas y que van en metro… y se lían a darles porrazos (porrazocracia continuista). Todo por lo mismo: para no perder privilegios y poder seguir diciendo a todos cuando pasan: ¡Largo al factotum!, y en eso se han convertido: en unos factótums.
Las bodas de Fígaro, de Mozart fue prohibida en muchos sitios, aunque tuvo un gran éxito a pesar de la prohibición; la razón de esa prohibición fue que el libreto de Da Ponte era una crítica a la prepotencia y el abuso de las clases superiores sobre el pueblo llano. Conviene que muchos políticos la escuchen. Eso sí, si no entienden el italiano, háganse con una versión traducida, que lo importante es que, además de que disfruten la música entiendan lo que allí se dice. Aunque, mejor pensado, que no la escuchen, porque seguro que no van a cambiar de actitud y a lo peor, después de entenderla, a alguno se le ocurre prohibirla. (No sé cómo Berlusconi no lo ha hecho ya.)

La novia vendida

In El Mono Melódico on May 21, 2011 at 5:59 am

En la obra de Smetana, una joven casadera cree que su novio la ha vendido por dinero. Su reacción es fulminante: como es lógico la pobre se aleja del traidor
Sentirse traicionado es algo muy doloroso. Parece que muchos españoles se sienten así, dominados por la traiciocracia, un sistema político que permite que los que gobiernan puedan traicionar la confianza que depositan en ellos los que les votan. La clase política alega nopueditis aguda, o imposibilidad de hacer otra cosa diferente a la que se hace, pero muchos creen que se trata más bien de nomeconvienitis crónica. En todo caso, la novia ha sido vendida y la reacción está siendo fulminante. El antiguo noviazgo entre dirigentes y dirigidos se ha roto y cada uno es muy libre de escoger la pareja que más le guste o le convenga, es decir, estamos en un período de nolesvotiteo incipiente que se agrava por momentos. No faltan aprendices de casamenteros que quieren proponer noviazgos atrevidos, pero la novia está harta de ser vendida por todos, no está dispuesta a dejarse vender de nuevo y ha entrado en un estado de másquehartazgo reclamativo.

¿Aparecerá el novio ideal que disipe todas las dudas y gane la confianza de la pobre muchacha o seguirá soltera por un largo tiempo? Los pretendientes tendrán que pasar arduas pruebas, porque la que fue una vez engañada no parece dispuesta a otorgar sus favores a cualquiera ni de cualquier manera. Ahora, la joven novia, vendida por sus seres queridos, está indignada y rechaza cualquier proposición. La única manera de ganar su confianza será con los hechos y no con las palabras y eso requiere tiempo y dedicación; pero quizá tenga que ser ya con otros novios diferentes a los que no se han mostrado dignos de la confianza ahora perdida. Para que los posibles novios reflexionen sobre esto, lo mejor es escuchar La novia vendida de Smetana, que es una obra que se basa en las danzas y canciones populares. Un poco de reflexión no les vendría mal a ver si aprenden a basarse en lo popular.

La danza del terror

In El Mono Melódico on May 5, 2011 at 7:02 pm

Manuel de Falla escribió una de sus obras más conocidas, El amor brujo basándose en una historia de magia gitana, tan increíble como fantástica. En ella la Danza del terror, en la que el fantasma de un antiguo amante se empeña en amargarle la vida a la protagonista gitana que se llama (en un alarde de originalidad) Candela, justifica toda la historia: el miedo es lo que mueve a los protagonistas.

El miedo lo justifica todo y es derechífugo (o sea que huye del derecho). El temor a un enemigo ubicuo, maligno, omnipresente y poderoso ha sido históricamente identificado nada menos que con el demonio. Esto es muy viejo, pero ha disculpado las mayores salvajadas promovidas por los miedicultores (cultivadores del miedo) de turno. Además, siempre existe una curiosa creencia: eliminando a este enemigo ubicuo eliminaremos el mal. Por lo tanto, su aniquilación  por cualquier medio  es imprescindible para que los demás nos salvemos. Parece suficiente con borrar de la faz de la tierra a los que han sido identificados como demonios para que todos vivamos en un oasis de bondad; y, cuando se procede así,  se hace a lo bestia, sin miramientos: es lo que podíamos llamar rambocracia (o gobierno de los émulos de John Rambo). Además, cualquiera puede entender que llamando nuestra atención sobre estos demonizados se distrae nuestro entendimiento de otras maldades que no se consideran tan diabólicas (como las económicas) es la demodespistología (o ciencia de despistar al pueblo). Sin embargo, este proceder sinrazonífero (que no contiene ni pizca de razón) se repite una y otra vez a lo largo de la historia. Una historia que, a su vez, se repite con Bin Laden. ¿Es que no hacía falta un juicio? ¿Es que la pena de muerte es aceptable? ¿No hay que aclarar nada más? No solo hay que dilucidar si Bin Laden es responsable o no de miles de muertes (eso es lo que debían haber decidido los tribunales y dictar la sentencia pertinente), sino que hay que escuchar lo que diga el acusado en un juicio justo y utilizar los procedimientos aceptados por el derecho internacional para su castigo. Estas premisas son las que marcan la diferencia entre un estado de derecho y un estado primeroapuntista (que primero dispara y luego apunta). Creo que para que el miedo no altere los actos de los gobernantes, lo mejor será que antes de tomar ninguna decisión se relajen y escuchen música clásica, por ejemplo, la Danza del Terror de Falla:

http://www.youtube.com/watch?v=IqbQk81YdUM
Licencia Creative Commons
La danza del terror por Roberto Mendès se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
Basada en una obra en laislaenlacolina.wordpress.com.

María Dolores me quiere gobernar o Beethoven, Schiller, la novena y la libertad.

In El Mono Melódico on abril 29, 2011 at 6:26 am

Cuando Schiller escribió el poema que luego Beethoven utilizó para el final de su novena sinfonía  lo quiso llamar “Oda a la libertad”. La censura de la época no puso problema en que lo publicara, siempre que no se hablara de libertad. El pobre Schiller cambió el nombre y parte del contenido y lo llamó “Oda a la alegría” (qué remedio –jodidos pero contentos-). Muchos informadores pueden temer que dentro de poco pase algo parecido si la secretaria general del PP, a quien parece que molesta la libertad de información, consigue imponer sus criterios en este sentido.

Si Beethoven hubiera vivido en la actualidad, sin duda María Dolores de Cospedal lo habría tachado de antisistema, se habría quejado de su pelo largo y desordenado  y le habría sugerido que en vez de componer el último movimiento de su última sinfonía sobre el poema de Schiller le pusiera música al programa electoral del PP (única canción aceptable a sus oídos) y, como premio, habría reclamado de su soberano Rajoy el cargo de Duquesa del Rifirafe; por los servicios prestados.  Porque María Dolores parece ser una de esas personas mequierengobernantistas, que andan siempre diciendo lo que hay que informar, lo que hay que opinar y acusando a los que dicen lo que les parece de que eso que hacen está muy feo, es decir, se ha erigido en una lideresa liberticida y regañícola. Convendría saber  si también es vicemarianista, es decir, si ocupa el lugar de Mariano Rajoy y su presidente opina lo mismo que ella, cosa que ignoramos (como ignoramos  en qué consisten la mayor parte de sus pensamientos), porque en materia de libertades vamos apañados con gestos como el de la secretaria general del PP de acusar de parciales y sectarios a los que no bailan al son de su flauta, una flauta que, además tiene pocas notas y desafina con frecuencia. Por lo tanto, recomendamos a los líderes controlantistas con tentaciones de controlar cosas incontrolables como la libertad de expresión y los medios públicos de comunicación, que se den un atracón de novena sinfonía de Beethoven y recuerden que habla de libertad (aunque diga alegría). Aquí tienen una para hacer el ejercicio todas las mañanas antes del desayuno:

http://www.youtube.com/watch?v=_-mvutiDRvQ

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María Dolores me quiere gobernar por Roberto Mendès se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
Basada en una obra en laislaenlacolina.wordpress.com.

Gente da minha terra

In El Mono Melódico on abril 23, 2011 at 6:38 pm

Mariza es una de las cantantes actuales de fado más queridas en Portugal y cantó y lloró con la gente en un multitudinario recital en Lisboa la canción Gente da minha terra. Todo un espectáculo musical y humano.

Yo me pregunto si los españoles vamos a ser tan paramiserablistas (partidarios de
comportarse miserablemente con los vecinos) como para olvidarnos de gente como Mariza, Saramago o Pessoa y de todo lo que ha significado Portugal y los portugueses para muchos de nosotros. Parece que nuestra facioesclerótica clase política (dícese de los cargos públicos de endurecida tez de tanto tomarnos el pelo a los demás), haciendo alarde de una ceguera pronosotrista que ya predijera el mismo Saramago, sufre ametosis múltiple porque no es capaz de proponer metas dignas a sus ciudadanos. Una de estas metas que parece habérseles pasado por alto es la de ayudar a los portugueses, en estos momentos en que los ultramiserables y mezquiníferos buitres financieros andan dando vueltas alrededor de sus cabezas. Saramago siempre dijo que España y Portugal debían andar juntos; ser el mismo país. Esto ya es cierto para muchos portugueses y españoles, para los que el Miño, el Duero y el Tajo hace años que no separan nada, pero los políticos ultrafondomonetaristas (más ambiciosos que el propio FMI) miran para otro lado, confundidos por la codicionomía que pretenden imponernos a todos, mientras reciben con una estúpida sonrisa las felicitaciones del FMI por nuestro buen comportamiento. ¿De verdad, para comportarse bien hay que dejar al vecino en manos de los lobos? No lo creo, como no lo creía Saramago y más bien parecen cosas de los expertos estulticultores (señores que cobran en las tertulias de radio y televisión por intentar convertirnos cada día en ciudadanos estúpidos). Y ya que hoy, desgraciadamente el maestro de la parábola no está entre nosotros para recordárselo a todos los que lo han olvidado, tendremos que tomar el relevo y decir que es vergonzoso que dejemos que nuestros vecinos se empobrezcan sin hacer nada por evitarlo.

Como yo también soy portugués (aunque haya nacido en Andalucía – todo el mundo sabe que los portugueses nacemos donde nos parece-) y los portugueses son gente da minha terra les propongo que lloren un poco con Mariza y después exijan a sus políticos de cabecera que no sean altromiristas, es decir, que, al menos por esta vez, dejen de mirar para otro lado.

http://youtu.be/G4cyNK3BW7Q

La cena del rey

In El Mono Melódico on abril 20, 2011 at 6:05 pm

Luis XIV, el Rey Sol no cenaba de cualquier manera. Con frecuencia organizaba cenas fastuosas para sus invitados, para las que requería una música espectacular. Michel Richard de Lalande, llegó a ser un músico especializado en cenas y compuso sus Sinfonías para las Cenas del Rey, una colección de fanfarrias a la mayor gloria del muy borbón Rey Sol (letatsemuá).
Pero el Rey Sol, incluso cuando cenaba a diario no cenaba de cualquier manera. Solía comer en presencia de su corte, que esperaba de pie, mientras el soberano ingería las regias viandas, intrigando o esperando una migaja de su atención. Esta es la misma sensación que ofrecen los partidos políticos en la actualidad. Sus máximos dirigentes se han convertido en una especie de reyesoles estadosoyyoístas (dícese de los líderes que creen que la opinión de los ciudadanos importa un escroto) de cuidado, alrededor de los que gira un enorme universo de parladuladores (parlamentarios aduladores), paniministeriaguados (paniaguados de los diferentes ministerios) e informaveidiles (informadores que comunican rápidamente lo que se les ordena) que hacen palidecer algunas cortes suntuarias, como las de los borbones del XVII o del XVIII. Muchos de estos últimos viajan en bussiness y se declaran eternochollistas (creen que lo suyo es para siempre), pero se olvidan que la corte de los borbones acabó por desaparecer con la Revolución Francesa, y que rodaron muchas cabezas, en el sentido más literal de la frase. Deberían mirar al noreste, hacia Bélgica: si lo hacen se darán cuenta de que allí llevan casi un año sin gobierno y que no ha pasado nada. Incluso han sido capaces de presidir la Unión Europea (aunque esto último no es muy difícil: nosotros lo hemos hecho y no ha pasado nada). Y si miran directamente al norte, verán cómo en Islandia han decidido hacer lo contrario de lo que dicen sus cortesanos que hagan, o sea que parece que las suntuarias cortes de políticos que se pasan la vida contemplando al rey sol/presidente de su partido no son imprescindibles y, dado que hay que ahorrar, quizá sea cuestión de echar cuentas y decidir qué nos interesa más: tener políticos que babean ante su rey sol, dan la espalda a los que los eligen y viajan en bussiness o gastarnos su presupuesto en enseñanza, seguridad social o incluso en vino. Aquí tienen la música que utilizaba Luis XIV para cenar por si les sirve de ayuda para decidir (dicen que la escuchó Robespiere y se enfadó tanto que luego pasó lo que pasó).
http://www.youtube.com/watch?v=FtYu9oHLFHg

Música para los reales fuegos artificiales

In El Mono Melódico on abril 20, 2011 at 5:55 pm

A Haendel lo contrataron en Inglaterra, al final de su carrera musical, entre otras cosas, para ponerle música a las celebraciones de la realeza. Así, cuando los ingleses y los austríacos nos machacaron a los españoles y a los franceses juntos y ellos mismos sufrieron una terrible guerra causada por los problemas de la sucesión en la corona española, le encargaron un himno para celebrar el Tratado de Utrecht. Pero esto no significó el fin de las guerras, ni mucho menos y a los europeos de a pie nos quedaba todo un siglo XVIII lleno de muertos, heridos y desaparecidos en combate defendiendo los intereses de nuestros respectivos monarcas. Después de esa celebración nos metieron en otra guerra, la de sucesión austríaca y volvieron a celebrar su final, esta vez con una música mucho más conocida: la de los Reales Fuegos Artificiales, que acompañó a un regio espectáculo pirotécnico. Luego, los europeos volvimos a nuestras disputas para acabar el siglo de la forma más sangrienta posible: con las guerras napoleónicas. Todo un éxito.
Ahora nos pasa lo mismo: vivimos en una sociedad que lo celebra todo. Incluso las más tristes derrotas y las más amargas realidades. Los políticos se empeñan en “inyectarnos optimismo” y seguir a lo suyo, (que evidentemente no es lo nuestro). Las empresas, que saben que hacerse mala sangre retrae el consumo, siguen haciendo campañas de publicidad en las que un improbable consumidor sonríe cuando compra a crédito, con el dinero que nunca tendrá, un coche que no le hace falta. Algunos celebran la fastuosa capacidad tecnológica de que disponemos manifestando con asombro digital que las revueltas en el mundo islámico se deben a lo maravillosa que es Internet, no a que la gente lleve decenios malviviendo entre dictadores enriquecidos, políticos corruptos y militares asesinos. Esos mismos que viven entre fuegos artificiales deberían ser más solidarios con el estado del desánimo en que se ha convertido lo que algunos creyeron que era el estado del bienestar, y no pretender convencernos de que, a partir de ahora, todo irá bien. En vez de eso deberían tener en cuenta cosas como la Infelicidad Nacional Bruta (INB), en vez del PIB y no decirnos que es más importante producir que ser feliz. También habría que publicar mensualmente el Índice de Insatisfacción ante el Consumo (IIC) en vez del IPC, a no ser que interese más el precio de las cosas que la satisfacción del que compra; o informar en “tiempo real” (como si el tiempo pudiera ser real) del Nivel de Frustración Ciudadano (NFC) y de sus causas y no del índice del Ibex35. Quizá deberían también dejar de sacrificar a los creadores para beneficiar a las industrias culturales, o contratar maestros en vez de apoyar la industria del automóvil. Cualquier cosa, menos decirnos que todo irá bien, especialmente si les regalamos el voto en las próximas elecciones, porque a los ciudadanos nos gusta la música de Haendel, pero estamos hartos de tantos fuegos artificiales. Y a los que les guste creerse semejantes manifestaciones de optimismo exultante solo queda desearles ánimo, que todo va por el camino esperado: de éxito en éxito hasta el fracaso final.
Música para los Reales Fuegos Artificiales. Haendel:
http://www.youtube.com/watch?v=32Twgu1Y_Nk&feature=related

Mahler, el pesimista

In El Mono Melódico on abril 20, 2011 at 5:32 pm

No es momento para debatir si es momento de debatir. Lo ocurrido en Japón, en primer lugar, invita a la tristeza: miles de personas muertas no permiten hacer bromas y la música puede servir para mostrar nuestra solidaridad y nuestra inquietud.

 Un buen ejemplo puede ser la música de Mahler, que era un pesimista nato. A pesar de ser un prestigioso director de orquesta, estar casado con la mujer más hermosa de Viena y componer obras maravillosas, su sentimiento siempre era el de que las cosas iban a ir fatal. La enorme tristeza que destilan los tiempos lentos de sus sinfonías son un preludio de lo que puede ocurrir. Pareccen decirnos que los dioses nos contemplan cuando somos felices y, mientras tanto, piensan qué nueva debacle lanzarán sobre nuestras cabezas. Por eso, en segundo lugar, escuchar, precisamente, a la Filarmónica de Tokio interpretando el tercer movimiento de su cuarta sinfonía me hace ser pesimista sobre lo que supone el uso de la energía nuclear: es tentar a la suerte, o dicho de otro modo, caer en un optimismo tan injustificado como suicida. A la vista del desastre japonés, el PP ha pasado de defender a ultranza las nucleares a decir que no es momento de tomar decisiones, en caliente (también lo ha dicho una miembra del gobierno y muchos otros energívoros adoradores del consumo a cualquier precio). Y como las nucleares no son rentables, es más que previsible que haya que subvencionar a las oligárquicas eléctricas para que nos construyan a los españoles unas centrales que, según los “expertos” debatífugos (o sea, que huyen del debate) nunca se rajan (hasta que lo hacen) y que, por si alguien no se ha dado cuenta, consumen un uranio del que no disponemos, por lo que seguiremos dependiendo del exterior para nuestras (excesivas) necesidades energéticas. Si dispusiéramos de un alucinoargumentómetro (aparato que sirve para medir el nivel de alucinaciones convertidas en argumentos) estaría echando humo. Por si no fuera suficiente lo dicho hasta aquí, todo esto, por nuestro bien, será incluido en la próxima factura eléctrica integrada que fomente los beneficios energénicos (o sea procedentes del engaño de las energías) para unos pocos, a cambio de que nos sometan a radiación a la mayoría . Como es previsible que el PP gane las próximas elecciones (según ellos mismos) y las siguientes y las siguientes, (siempre según sus previsiones), también es previsible que acaben pagando con dinero público centrales nucleares nuevas y también es previsible que alguna de ellas sufra un accidente, como (ya ven) ocurre antes o después. Es, por todo lo anterior, un momento estupendo para escuchar a Mahler, ponerse completamente pesimista y no hacer caso a los guiños nucleares del PP. Yo, personalmente, cuando veo que alguien me guiña un ojo no pienso en una posible aventura erotico/festiva, más bien tiendo a pensar que lo guiña para mirar mejor por el alza del arma con el que me va a encañonar y así poder hacer puntería sobre mi salud y mi desvencijada cuenta corriente. Les dejo con Mahler; como a él, creo que solo nos queda el pesimismo. ¿O no?

http://www.youtube.com/watch?v=MrIAfO5YLwo

Él les envió el granizo.

In El Mono Melódico on abril 20, 2011 at 5:22 pm

He gave them hailstones,  es uno de los coros más famosos del oratorio Israel en Egipto de Haendel. En él, el Pueblo Elegido, o sea, nosotros, se felicita y regocija porque Él les ha enviado a sus enemigos, es decir a los nuestros, una de las plagas que se merecían, según la Biblia.

Se acordarán de que la huida del pueblo judío fue posible, entre otras cosas, gracias a que Él mandó siete plagas terribles, que respetaron a los judíos y los castigaron a ellos, que hace 4.000 años eran los egipcios. Bueno, pues eso es lo que parece que estemos esperando cuarenta siglos después que ocurra en Libia y en nuestro propio país, que Alguien les envíe a ellos las siete plagas que se merecen. Sin embargo, yo no he visto nunca abrirse el Mar Rojo para facilitarle el paso a los refugiados, ni tampoco que la langosta asole los beneficios de ninguna entidad financiera comiéndose los billetes de sus cajas de seguridad. Tampoco ha caído la oscuridad sobre los imperios de las empresas energéticas (que yo tenga noticia), y mucho menos la CNN ha informado de que el granizo se haya desplomado en tromba sobre ningún dictador enloquecido que haya decidido masacrar a sus pisoteados súbditos para mantenerse él mismo, a sus hijos, a sus hijas, a sus primos, a los cuñados de estos y a un selecto grupito de chupópteros chuligarcas (dícese de los que gobiernan por el mero hecho de ser así de chulos). Lo que sí he visto es cómo algunas criadillacracias (sistemas de gobierno basados en tener los genitales más grandes que los demás), se han llevado por delante miles de vidas, sin que Él haya hecho nada por castigarlos a ellos. Acuérdense del millón de muertos tutsis en Ruanda o, más recientemente, del genocidio en Somalia, con otro millón de muertos, grosso modo. A los responsables no les ha caído nada sobre la cabeza, el granizo no les golpeó, el cielo no se oscureció para cegarlos y las langostas no les comieron nada. Mientras lo piensan, disfruten con el oratorio Israel en Egipto y este exultante coro. Y tranquilos que, al fin y al cabo, el Pueblo Elegido somos nosotros. ¿O no?

http://www.youtube.com/watch?v=U0sD0P83m9I

El sueño del akelarre

In El Mono Melódico on abril 20, 2011 at 5:16 pm

No es lo mismo coger al toro por los cuernos que tocarle someramente las criadillas. Quiero decir que no es lo mismo enfrentar los problemas de una o de otra manera. Los científicos saben que las soluciones de un problema pueden ser de diversa índole: algunas de ellas parciales, otras paradójicas y muchas engañosas. Todo esto es el mero reflejo de una realidad compleja, que es la que nos rodea. Sin embargo, los políticos, llevados por una interpretación mágica de esta realidad, tienden a creer que las cosas se solucionan haciendo leyes en el parlamento. Se trata de un proceso mágico en el que se exorciza el problema en una especie de akelarre donde se reúnen habitualmente los nuevos druidas y, tras una ceremonia de intercambio de insultos, se invoca a la votación que, mediante unas luces verdes y rojas se hace carne en ese Zugarramurdi de la Carrera de San Jerónimo, donde se reúnen y determinan los destinos del resto de los ciudadanos mediante una especie de oración o letanía que todos deben conocer obligatoriamente y cumplir mágicamente, a la que llaman Ley. Lo que pasa más allá de la enorme puerta de entrada, custodiada por dos enormes leones, capaces de asustar al que ose ofender a semejante conciliábulo, no es cosa que parezca afectarles. Todo esto me recuerda mucho al quinto y último movimiento de la Sinfonía Fantástica de Berlioz, en donde el protagonista, después de ponerse hasta el moño de psicotrópicos, sufre una tremenda a lucinación que le hace creer que está en medio de un akelarre. No es el caso de los legisladores, que no necesitan de ninguna ayuda externa para llegar a un estado similar.

http://www.youtube.com/watch?v=IrezpUWIY98